Google ha anunciado la integración de su generador de vídeos con IA Veo 3 en YouTube Shorts, una decisión que podría cambiar las reglas del juego para los creadores de contenido. La noticia fue compartida por el CEO de YouTube, Neal Mohan, durante su intervención en el festival Cannes Lions, y plantea varias preguntas importantes sobre el futuro del contenido digital.

Veo 3 es una herramienta de generación de vídeo por IA que permite crear clips completos a partir de simples indicaciones escritas. Esta versión es una evolución del sistema utilizado en la función Dream Screen, que generaba fondos de pantalla para videos verticales. Pero con Veo 3, la IA puede crear directamente vídeos enteros con sonido, lo que supone un salto significativo.

Los usuarios podrán escribir una descripción, como «un perro tocando el piano en un escenario futurista», y Veo 3 generará un vídeo que imita ese escenario. Esta funcionalidad llegará a YouTube Shorts a partir del verano de 2025, y permitirá a cualquiera con una idea generar clips sin necesidad de grabación o edición manual.

Desde el punto de vista creativo, esto puede democratizar la producción de vídeo. Quienes no tengan conocimientos técnicos podrán generar contenido visual atractivo de forma sencilla. Personas con historias que contar podrán plasmar sus ideas en víeos, sin depender de equipos costosos o habilidades de edición.

Esto podría resultar especialmente valioso en sectores como:

Sin embargo, esta integración también trae consigo preocupaciones válidas. El término «AI slop» (contenidos generados masivamente por IA sin valor) se ha vuelto común en las críticas a este tipo de avances. Muchos usuarios temen que la plataforma se llene de vídeos vacíos, mal informados o poco creativos, desplazando a los creadores que producen contenido original y artesanal.

En palabras de algunos usuarios: “No quiero ver tutoriales generados por IA que dan información errónea, ni chistes de comediantes artificiales que no hacen gracia». Esta percepción podría llevar a algunos a migrar hacia plataformas como TikTok o Instagram Reels, si la calidad en Shorts se deteriora.

Otro punto delicado es el potencial uso de Veo 3 para crear deepfakes. Al ser una herramienta tan potente, puede generar clips realistas que imiten a personas reales, incluidas celebridades y creadores populares. Google, consciente del riesgo, ha anunciado una alianza con la agencia de talentos CAA y con creadores reconocidos para desarrollar herramientas que les permitan controlar el uso de su imagen.

Aun así, la eficacia de estas medidas está por probarse, y el problema de la suplantación digital no es nuevo. Esta vez, sin embargo, la facilidad para generar contenido con solo escribir un texto lo vuelve más accesible y difícil de controlar.

Actualmente, más del 25 % de los creadores inscritos en el Programa de Socios de YouTube generan ingresos gracias a Shorts. La llegada masiva de contenido generado por IA podría alterar el equilibrio de este ecosistema. Si los usuarios se ven inundados por contenido automatizado, puede disminuir la visibilidad de los creadores humanos y afectar su monetización.

Aquí surge una pregunta clave: ¿Estarán dispuestos los creadores actuales a compartir el espacio con herramientas automáticas que pueden generar cientos de clips al día? ¿Cómo cambiarán los algoritmos de recomendación ante esta nueva avalancha de contenido?

Veo 3 promete crear vídeos que, aunque generados por IA, se vean «casi reales» si no se les presta mucha atención. Esto plantea un nuevo paradigma en la forma en que consumimos información visual. Tal como ocurrió con los filtros en fotografía o los retoques digitales en el cine, los espectadores deberán aprender a distinguir entre lo auténtico y lo generado.

Como ejemplo, imaginemos una receta de cocina en Shorts generada por IA. Podría parecer fácil de seguir, pero si los ingredientes o pasos están mal elaborados por un modelo mal entrenado, podría llevar a resultados desastrosos. Es decir, no todo lo que parece real es fiable.

Con cada avance tecnológico llega una responsabilidad. Google se adentra en un terreno que podría multiplicar exponencialmente la cantidad de contenido en YouTube Shorts, pero también pone en riesgo la calidad y la confianza. La verdadera prueba estará en cómo se utilice esta herramienta: si empodera a voces antes silenciadas o si simplemente satura el espacio con ruido digital.

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