Jack Dorsey, conocido por ser cofundador y ex CEO de Twitter, ha vuelto a captar la atención con una iniciativa que mezcla tecnología, filosofía descentralizada y herramientas digitales con un enfoque comunitario. Bajo el nombre «and Other Stuff», Dorsey está financiando con 10 millones de dólares un colectivo de desarrollo que apuesta por proyectos open-source y protocolos abiertos como Nostr y ActivityPub.

Un colectivo con ambiciones descentralizadas

«and Other Stuff» no es una startup tradicional ni un laboratorio de innovación corporativa. Se trata de una organización sin fines de lucro que busca fomentar el desarrollo de herramientas tecnológicas de código abierto, alejadas de los modelos centralizados y comerciales que dominan actualmente el ecosistema digital. Esta iniciativa se canaliza a través de la fundación StartSmall, también fundada por Dorsey.

El colectivo reúne a desarrolladores que se conocieron en Nostr, un protocolo descentralizado de redes sociales también apoyado financieramente por Dorsey. Su objetivo es que Nostr deje de ser un experimento y evolucione hacia un ecosistema sostenible y ampliamente adoptado.

¿Qué es Nostr y por qué importa?

Nostr es un protocolo de redes sociales que funciona como una alternativa a las plataformas tradicionales. En lugar de depender de un servidor central, como ocurre con X (antes Twitter) o Facebook, Nostr distribuye los datos a través de una red de nodos. Esto permite que las publicaciones, conexiones y moderación estén en manos de los usuarios y no de una única empresa.

Dorsey considera que una red social no debe comportarse como una empresa tradicional, sujeta a intereses comerciales y publicitarios. En su visión, un protocolo como Nostr ofrece una base sobre la cual pueden crearse múltiples aplicaciones, igual que ocurre con el protocolo HTTP en la web.

Proyectos en marcha: mensajería, voz y herramientas para desarrolladores

El colectivo «and Other Stuff» ya tiene varias aplicaciones funcionando. Entre ellas:

  • Heynow: una app centrada en notas de voz como forma de comunicación.
  • White Noise: un sistema de mensajería privada.
  • +Chorus: una comunidad social basada en principios abiertos.
  • Shakespeare: una herramienta pensada para que desarrolladores construyan redes sociales sobre Nostr utilizando inteligencia artificial.

También planean trabajar con ActivityPub, el protocolo sobre el que funciona Mastodon, otra red social descentralizada que ha ganado notoriedad como alternativa a Twitter. Además, se exploran usos del sistema Cashu, una solución de dinero electrónico centrada en la privacidad.

Quiénes están detrás del colectivo

Entre los miembros del equipo se encuentra Evan Henshaw-Plath, el primer empleado de Twitter, junto a Calle, creador de Cashu. Esta variedad de perfiles técnicos y filosóficos refuerza la apuesta por un enfoque abierto y sin jerarquías rígidas.

La visión común gira en torno a un internet más libre y menos dependiente de estructuras comerciales. Se promueve el desarrollo de herramientas útiles, modulares y adaptables, que puedan ser adoptadas por comunidades sin necesidad de ceder control a grandes plataformas.

Un largo camino desde Twitter y Bluesky

Dorsey ya había intentado empujar a Twitter hacia la descentralización. En 2019, bajo su liderazgo, se creó el proyecto Bluesky, pensado como un estándar abierto para redes sociales. Aunque ese plan inicial no prosperó como imaginaba, Bluesky se convirtió en una entidad independiente en 2022. Sin embargo, Dorsey se distanció del proyecto en 2024, argumentando que repetía errores del pasado, como depender demasiado de sistemas de moderación centralizados.

En su participación en un pódcast reciente, Dorsey comentó que las redes sociales como Twitter enfrentan un dilema estructural: tienen incentivos comerciales que chocan con la idea de ser protocolos abiertos. Para él, lo ideal sería que Twitter hubiera sido una capa tecnológica abierta sobre la que se construyeran distintos servicios.

Una visión inspirada en Bitcoin

Dorsey ha sido un defensor constante de Bitcoin y su estructura sin control central. De forma similar, busca que las redes sociales funcionen como protocolos que no pertenezcan a ninguna empresa en particular. En sus propias palabras: «Quiero canalizar mi energía hacia algo que no esté poseído por nadie, como Bitcoin.»

Esto refleja una filosofía que privilegia la autonomía de los usuarios y la transparencia en el desarrollo, y que ve en los protocolos abiertos una vía más sostenible y ética para construir herramientas digitales.

¿Por qué debería importarnos esto?

La mayoría de los servicios digitales actuales se sustentan en modelos de negocio basados en la atención del usuario, la recopilación de datos y la publicidad dirigida. Frente a eso, proyectos como «and Other Stuff» proponen una alternativa donde las herramientas no persiguen monetizar al usuario, sino ofrecerle control y privacidad.

Para quienes están cansados de los algoritmos que deciden qué ver, las reglas de moderación opacas y la dependencia de empresas tecnológicas gigantes, este tipo de iniciativas representan un aire fresco. No es una solución mágica ni inmediata, pero sí un paso en otra dirección, más parecida a cómo se construyó la web en sus inicios: abierta, comunitaria y colaborativa.

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