Un equipo internacional de investigadores ha identificado un mecanismo clave que explica por qué muchos pacientes con cáncer experimentan pérdida de peso extrema y, en algunos casos, mortal. Este fenómeno, conocido como caquexia, afecta hasta a un 85% de las personas con ciertos tipos de tumores, especialmente los de pulmón y páncreas.
Qué es la caquexia y por qué es tan peligrosa
La caquexia es un síndrome metabólico incurable que provoca una disminución drástica del peso corporal, incluyendo la pérdida de masa muscular y grasa. No se trata de una simple consecuencia de comer menos: el cuerpo entra en un estado de desgaste acelerado, difícil de revertir incluso con una alimentación adecuada.
Sus efectos son devastadores: reduce la tolerancia a los tratamientos oncológicos, disminuye la calidad de vida y aumenta significativamente la mortalidad. De hecho, cerca de un tercio de las muertes relacionadas con el cáncer están vinculadas a esta condición.
El papel del nervio vago en la comunicación cerebro-hígado
El estudio, liderado por el Weizmann Institute of Science en Israel y el MD Anderson Cancer Center en Estados Unidos, revela que el origen de la caquexia está relacionado con un «corte» en la comunicación entre el cerebro y el hígado.
El protagonista de esta conexión es el nervio vago, una especie de autopista de información que regula funciones vitales. Cuando el cáncer provoca inflamación, esta vía se ve alterada y se produce un desequilibrio en el metabolismo hepático, desencadenando la caquexia.
Un nuevo enfoque terapéutico
Los investigadores han probado en ratones una técnica que bloquea de forma selectiva el nervio vago derecho, incluso mediante procedimientos no invasivos. Los resultados fueron sorprendentes: se previno la aparición de caquexia, mejoró la respuesta a la quimioterapia y se alargó la supervivencia.
Este método ya está siendo evaluado en ensayos clínicos y podría convertirse en una opción viable para pacientes en un futuro cercano, gracias a que se basa en tecnologías ya aprobadas para uso clínico y de fácil implementación.
Implicaciones para el tratamiento del cáncer
Este descubrimiento no solo ofrece una posible solución a uno de los problemas más graves que enfrentan los pacientes, sino que también subraya la importancia de entender la comunicación entre órganos en la salud y la enfermedad.
Si se confirma su eficacia en humanos, esta terapia podría marcar un antes y un después en el tratamiento integral del cáncer, ayudando no solo a combatir el tumor, sino a preservar la fuerza y la calidad de vida del paciente.