En California, la energía solar en tejados está en un punto de inflexión. El Tribunal Supremo del estado ha decidido que la reforma más polémica de las reglas de compensación solar —conocida como NEM 3.0— debe volver a ser revisada por un tribunal de apelaciones. Esta decisión no invalida las normas actuales, pero sí reabre una puerta que muchos creían cerrada. Si tienes o estás pensando en instalar paneles solares, lo que viene en los próximos meses podría cambiar por completo el cálculo de tu inversión.
Qué es NEM 3.0 y por qué importa
Para entender la controversia, hay que recordar qué es la medición neta de energía (Net Energy Metering, o NEM). Es el sistema que permite a los propietarios de paneles solares recibir un crédito por la electricidad que generan y no consumen, enviándola a la red.
En sus primeras versiones, este crédito se calculaba al precio minorista de la electricidad, es decir, lo mismo que tú pagas cuando consumes energía. Esto hacía que recuperar la inversión inicial en paneles fuera mucho más rápido.
Con NEM 3.0, vigente desde abril de 2023 para nuevas instalaciones, el pago por ese excedente se hace al “costo evitado real”, un valor más bajo que refleja lo que la red supuestamente ahorra al no tener que generar esa energía. Según la Comisión de Servicios Públicos de California (CPUC), este cambio busca “enviar señales de precios más precisas” y fomentar que los clientes instalen también baterías de almacenamiento.
Por qué llegó a los tribunales
Tres organizaciones ambientalistas —el Center for Biological Diversity, el Environmental Working Group y la Protect Our Communities Foundation— demandaron a la CPUC argumentando que NEM 3.0 viola el Código de Servicios Públicos del estado, que exige garantizar un crecimiento sostenible de la generación distribuida renovable.
El tribunal de apelaciones desestimó el caso en 2023, aplicando un criterio de revisión “altamente deferente” hacia la CPUC, bajo el argumento de que es un órgano constitucional con amplias facultades legislativas y judiciales.
El Tribunal Supremo de California ha dicho ahora que esa deferencia fue excesiva, especialmente tras reformas legislativas que ampliaron la revisión judicial de las decisiones de la CPUC. En otras palabras, la corte no ha dicho si NEM 3.0 es legal o no, pero sí que el caso merece una revisión más rigurosa.
Lo que significa la decisión del Supremo
El fallo del 7 de agosto no cambia de inmediato las reglas. NEM 3.0 sigue en vigor mientras el caso vuelve al tribunal de apelaciones, lo que implica varios meses de procedimientos legales y presentación de argumentos.
Para quienes ya tenían paneles instalados antes de abril de 2023, no hay impacto inmediato: seguirán cobrando la tarifa minorista durante 20 años desde la puesta en marcha de su sistema. Para los nuevos clientes, el esquema menos favorable de NEM 3.0 continúa aplicándose… por ahora.
El abogado Roger Lin, del Center for Biological Diversity, lo resumió así: “Es un paso muy alentador, pero la lucha no ha terminado”.
El argumento económico detrás de NEM 3.0
Las grandes eléctricas californianas —SDG&E, Southern California Edison y PG&E— han defendido que las versiones anteriores de NEM generaban un “traslado de costos” hacia quienes no tienen paneles. Según ellas, la reducción de ingresos por clientes solares deja a los demás pagando una mayor parte de los costes fijos de la red (transformadores, postes, subestaciones).
Quienes se oponen a NEM 3.0 replican que este cálculo ignora beneficios como la reducción de inversiones en nueva infraestructura, la resiliencia energética local y la disminución de emisiones.
En el fondo, el debate es sobre cómo repartir los costes y beneficios de la transición energética. Y la decisión judicial abre la puerta a que ese reparto vuelva a discutirse con más detalle.
Un contexto más difícil para la energía solar
La batalla legal llega en un momento delicado para el sector. El mercado no ha mostrado una recuperación significativa desde la entrada en vigor de NEM 3.0, y ahora se suma otro golpe: el fin del crédito fiscal federal del 30% para instalaciones solares residenciales, que caducará el 31 de diciembre tras la aprobación de la ley presupuestaria federal “One Big Beautiful Bill”.
Esto significa que, salvo cambios, en 2026 los nuevos clientes no solo recibirán menos por la energía que exporten a la red, sino que tampoco podrán deducir casi un tercio del coste inicial de su sistema en impuestos federales.
Qué pueden esperar los usuarios y el sector
En los próximos meses, habrá varios escenarios posibles:
- Si el tribunal de apelaciones invalida NEM 3.0 o partes de él, podrían volver reglas más favorables o aprobarse un esquema intermedio.
- Si se confirma la validez de NEM 3.0, el sector tendrá que adaptarse a un modelo en el que el almacenamiento doméstico sea casi imprescindible para maximizar el retorno de inversión.
- Si el fallo se retrasa, la incertidumbre podría frenar nuevas instalaciones, afectando a una industria que ya atraviesa un momento de debilidad.
Para los consumidores, esto implica que el momento de decidir si instalar paneles (con o sin baterías) podría ser ahora, antes de que se pierda definitivamente el incentivo fiscal federal.
Un mercado demasiado grande para ignorar
California cuenta con unos 2 millones de sistemas solares en hogares, empresas y edificios públicos, más que cualquier otro estado de EE. UU. Lo que ocurra aquí tendrá repercusiones nacionales, tanto por el peso del mercado como por el ejemplo regulatorio que suele marcar para otros estados.
El fallo del Supremo no es el final de la historia, pero sí un recordatorio de que las reglas de la energía solar no son estáticas. Para quienes siguen de cerca la transición energética, este caso es una clase magistral de cómo se entrelazan la tecnología, la economía y la política.