La idea de dormir en la Luna mientras observamos la Tierra desde una ventana panorámica suena a ciencia ficción, pero el sueño de convertir el turismo lunar en una experiencia accesible empieza a tomar forma. Sin embargo, cuando hablamos de «low-cost» y «Luna» en la misma frase, las expectativas deben moderarse. En este artículo analizamos qué tan cerca estamos de esa posibilidad, cuánto podría costar realmente una noche en la Luna y qué avances tecnológicos y económicos se necesitan para que sea viable.

Situación actual del turismo lunar

A mediados de 2025, el turismo espacial ya es una realidad, pero se limita a vuelos suborbitales y algunas visitas a la Órbita Baja Terrestre. Empresas como Virgin Galactic y Blue Origin ofrecen experiencias de apenas unos minutos de ingravidez por alrededor de 250.000 dólares. El turismo lunar, sin embargo, sigue siendo terreno de proyectos experimentales y promesas futuristas.

SpaceX, con su nave Starship, es una de las pocas compañías que ha mostrado intenciones concretas de llevar civiles a la Luna. El ya cancelado proyecto dearMoon, que planeaba llevar a artistas alrededor del satélite natural, no contemplaba aterrizajes ni estancias nocturnas. La infraestructura para hospedar turistas en la Luna simplemente no existe aún.

Costos actuales y estimaciones realistas

La pregunta clave es: ¿cuánto costaría pasar una noche en la Luna con vistas a la Tierra? Aunque no hay cifras oficiales, los costos estimados nos dan una idea del panorama:

  • Un vuelo circunlunar puede costar entre 150 y 200 millones de dólares por persona.
  • Empresas como Golden Spike llegaron a hablar de 750 millones por una misión de alunizaje.
  • Una estimación especulativa citada en 2023 por MagellanTV sugiere 1,2 millones de dólares por una semana lunar, pero sin respaldo de proyectos reales.

Estos precios reflejan los enormes costos de lanzamiento, la falta de infraestructura y los riesgos asociados. Aún considerando la reutilización de cohetes, los costes operativos y de seguridad siguen siendo altísimos.

Por qué el low-cost aún es una utopía

Hablar de «turismo lunar low-cost» es, por ahora, más un concepto aspiracional que una posibilidad tangible. Para ofrecer precios asequibles, como los que encontramos en aerolíneas de bajo costo en la Tierra, se necesitan tres cosas fundamentales:

  1. Reutilización masiva y eficiente de cohetes y módulos.
  2. Infraestructura habitacional lunar, como hoteles presurizados y autosuficientes.
  3. Un mercado con suficiente demanda para escalar la oferta y reducir precios por volumen.

Por el momento, ninguno de estos tres pilares está completamente desarrollado. Incluso los hábitats lunares que estudia la NASA, como los del programa Artemis, están pensados para astronautas, no para turistas.

El futuro: ¿cuándo podríamos tener estancias accesibles?

Aunque 2025 no es el año en que dormir en la Luna se vuelve accesible, hay indicios de que en las próximas décadas podría cambiar:

  • SpaceX apunta a reducir los costos de lanzamiento a menos de 20 dólares por kilo, lo que podría facilitar el transporte de materiales y personas.
  • El mercado de turismo espacial crecerá hacia 2035 hasta los 5.100 millones de dólares, lo que podría incentivar nuevas inversiones.
  • La competencia entre empresas privadas podría generar una caída de precios, como ocurre en otros sectores.

Si todo esto avanza al ritmo esperado, podríamos ver estancias lunares con fines turísticos hacia 2040 o 2045, inicialmente para un público exclusivo, pero con precios más bajos que los actuales.

Obstáculos técnicos y logísticos

El principal desafío no es solo económico, sino técnico. Hacer posible una noche en la Luna implica resolver problemas como:

  • Protección contra la radiación solar y cósmica.
  • Condiciones térmicas extremas, con diferencias de más de 200°C entre el día y la noche.
  • Generación de oxígeno y agua, y eliminación de residuos.

Cada uno de estos factores suma complejidad y, por ende, costos. Sin soluciones robustas, hablar de «hoteles lunares» es poco realista.

Lo que sí es posible en 2025

Aunque dormir en la Luna no está al alcance ni siquiera de millonarios, sí hay experiencias espaciales que se están popularizando:

  • Vuelos suborbitales de unos minutos.
  • Misiones orbitales privadas, como las de Axiom Space, por unos 55 millones de dólares.
  • Simuladores de gravedad cero o experiencias de realidad virtual inspiradas en la Luna.

Estas opciones, aunque lejos del sueño lunar, permiten a los entusiastas vivir una parte de la experiencia sin abandonar la Tierra (o sin arruinarse por completo).

La Luna sigue siendo un destino soñado, pero el sueño de pasar una noche allí con vistas a la Tierra sigue siendo, por ahora, exclusivo para las novelas y las megafortunas. Sin embargo, como tantas innovaciones tecnológicas del pasado, lo que hoy parece inalcanzable podría estar mañana al alcance de muchos. Solo es cuestión de tiempo, inversión y un poco de paciencia.

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