Microsoft ha decidido modificar su estrategia global en torno a Office 365 y Microsoft 365, impulsada por una presión que no proviene del mercado, sino de los organismos reguladores europeos. Este giro no nace como una promoción comercial ni como un acto de buena voluntad empresarial, sino como la consecuencia directa de una investigación antimonopolio abierta por la Comisión Europea. El foco de la disputa fue la integración de Microsoft Teams dentro de las suites ofimáticas, lo que según competidores como Slack, limitaba la libre competencia.

La historia comenzó en 2020, cuando Slack denunció a Microsoft por prácticas que consideraba anticompetitivas. La Comisión Europea tomó cartas en el asunto y en 2023 inició una investigación formal. La preocupación era que incluir Teams por defecto y sin posibilidad de eliminación afectaba la capacidad de otras empresas para competir de forma justa. La situación recordaba a lo vivido a principios de los 2000, cuando el empaquetado de Internet Explorer generó una ola similar de escrutinio.

Cambios obligatorios y globales

Tras varios intentos por parte de Microsoft para calmar las aguas, incluyendo la eliminación de Teams en las suites para Europa y Suiza desde 2023, la Comisión decidió que esas medidas eran insuficientes. Como resultado del nuevo acuerdo alcanzado, Microsoft deberá ofrecer versiones de Office 365 y Microsoft 365 sin Teams a un precio significativamente inferior, a partir de noviembre de 2025. Esta medida no solo aplicará en Europa, sino en todos los mercados donde opera la compañía, extendiendo la decisión a escala global.

Esta diferencia de precio podrá alcanzar hasta 8 euros por usuario al mes en los planes Enterprise, mientras que en las versiones Business Standard y Premium rondará los 3 euros. Eso sí, los usuarios actuales no recibirán descuentos automáticos: las empresas tendrán que migrar activamente a los nuevos planes o esperar a la renovación de sus contratos para acceder a estas tarifas más competitivas.

Un ecosistema más abierto y flexible

No se trata solo de precios. Microsoft también se compromete a abrir más su ecosistema para fomentar la interoperabilidad. Esto implica facilitar que plataformas rivales integren herramientas de Office en sus soluciones, y permitir que los usuarios exporten sus datos desde Teams hacia otras aplicaciones sin restricciones ni pérdidas. Esta apertura busca eliminar las barreras de salida que muchas empresas enfrentan cuando deciden cambiar de proveedor tecnológico.

Para las pymes y corporaciones que buscan flexibilidad y mejores condiciones, esta nueva situación representa una oportunidad real. La posibilidad de elegir si se quiere o no usar Teams, sin que eso implique pagar por algo innecesario, marca una diferencia importante. Es como si al comprar un coche pudieras decidir si incluir o no un sistema de navegación, en lugar de tenerlo integrado y pagarlo obligatoriamente aunque no lo necesites.

La UE afianza su rol de regulador del mercado digital

El acuerdo también refuerza el papel de la Comisión Europea como un actor clave en la regulación de las grandes tecnológicas. No es la primera vez que Bruselas actúa para equilibrar el mercado: casos anteriores con Google o Apple ya habían dejado claro que las reglas del juego en Europa se toman en serio. Esta vez, la medida se extiende por un mínimo de siete años, con compromisos adicionales de interoperabilidad y portabilidad de datos que durarán al menos diez.

Teresa Ribera, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea para la Transición Limpia, Justa y Competitiva, valoró que este tipo de compromisos permiten abrir el mercado para que las empresas puedan elegir libremente la herramienta de comunicación y colaboración que mejor se adapte a sus necesidades. En otras palabras, se trata de garantizar que ninguna compañía tenga ventaja por defecto, sino que compita por méritos propios.

Impacto limitado en usuarios individuales

Es importante aclarar que estos cambios no afectarán a todos los usuarios por igual. Las versiones Microsoft 365 Personal y Family, pensadas para el uso doméstico y educativo, no incluían Teams de pago, por lo que no están sujetas a esta reestructuración. Los cambios se centran exclusivamente en las soluciones empresariales, que son las que generan más tensiones en cuanto a competencia.

Para los usuarios particulares, la experiencia seguirá siendo la misma, y quienes utilicen Teams gratuito podrán seguir accediendo a él sin cambios. La decisión está pensada para corregir un desequilibrio en el mercado empresarial, no para rediseñar la oferta al consumidor general.

Una estrategia preventiva frente a sanciones

Microsoft ha optado por esta vía para evitar sanciones que podrían ser muy elevadas. La Comisión Europea ha demostrado que no tiembla ante las grandes empresas: Google fue multada con 2.950 millones de euros en un caso reciente, y no sería raro que Microsoft haya considerado este precedente a la hora de negociar. Al anticiparse y aceptar condiciones vinculantes, la compañía evita tanto daños económicos como de reputación.

Esto también sucede en un contexto de tensiones políticas con Estados Unidos, donde la administración Trump ha expresado su malestar por las medidas europeas contra empresas tecnológicas estadounidenses. Se ha llegado incluso a mencionar la posible aplicación de la Sección 301 de la Ley de Comercio, lo que podría escalar el conflicto hacia una disputa comercial más amplia.

Un nuevo escenario para el software colaborativo

El desenlace de este caso sienta un precedente relevante para la industria del software empresarial. A partir de noviembre, la decisión de incluir o no herramientas como Teams será más transparente y estará ligada al valor real que aportan. Las compañías tendrán más control sobre los productos que contratan, y los competidores de Microsoft podrán posicionarse con mayores posibilidades.

Este escenario no solo abre la puerta a una mayor competencia, sino también a una mejor experiencia para los usuarios, que podrán escoger con más libertad y adaptar sus entornos de trabajo a lo que realmente necesitan.

Google abre la puerta a compartir tus asistentes Gemini personalizados

Google ha dado un paso más en la evolución de su ecosistema de inteligencia artificial al permitir que los usuarios compartan sus Gems, los asistentes personalizados de Gemini, de una forma tan sencilla como compartir un archivo en Google Drive. Esta novedad no solo mejora la experiencia de uso para quienes ya exploran la personalización avanzada de la IA, sino que también democratiza el acceso a estos recursos, haciéndolos más útiles y accesibles para un público más amplio.