La presentación de Sora 2, el renovado modelo de generación de vídeo de OpenAI, no es simplemente una actualización técnica. Lo que antes parecía un experimento limitado a laboratorios ahora se transforma en una experiencia creativa pensada para el público general. Este nuevo sistema no solo genera clips con una fidelidad visual mejorada, sino que se acompaña de una app móvil que recuerda a TikTok por su formato de exploración y edición, aunque con una misión diferente: fomentar la participación activa en la creación de contenido.

En lugar de consumir vídeos pasivamente, Sora 2 propone un entorno donde cualquiera puede convertirse en protagonista. Basta con grabar una breve toma del rostro y la voz del usuario para que el sistema lo integre en escenas generadas por IA, con un nivel de coherencia física inédito hasta ahora. Si una pelota cae, rebota como en la vida real, y los cambios de plano no alteran la lógica del entorno, una mejora significativa respecto a versiones anteriores.

De la generación visual al control narrativo

Una de las diferencias más notables entre la primera versión de Sora y esta nueva iteración radica en el nivel de control sobre el contenido generado. Sora 2 no solo genera imágenes fluidas, sino que mantiene el estado de los objetos y el entorno entre escenas, como si el vídeo tuviera continuidad lógica. Esta capacidad de «persistencia» narrativa permite contar historias más elaboradas y menos fragmentadas.

OpenAI afirma que la evolución de Sora es comparable al salto que representó GPT-3.5 en el mundo del texto. Ya no se trata solo de mostrar imágenes bonitas, sino de representar acciones con consecuencias físicas coherentes. Esto hace que los vídeos no solo se vean mejor, sino que «se sientan» más reales. La IA también ha aprendido a seguir instrucciones complejas, lo que permite una personalización más precisa de los clips generados.

Una app con espíritu de comunidad creativa

Junto con el lanzamiento del modelo, OpenAI ha desarrollado una aplicación móvil diseñada para compartir, editar y colaborar. Los usuarios pueden insertar sus cameos en clips existentes o crear los suyos propios. Esta función de aparición personalizada recuerda a los filtros de redes sociales, pero con un nivel técnico mucho más avanzado.

La app también permite remezclar vídeos de otras personas, lo que abre las puertas a una creación colaborativa al estilo de las plataformas musicales o de vídeo más populares. El feed de exploración, personalizable mediante lenguaje natural, busca no solo entretener, sino también inspirar nuevas ideas. Este enfoque sugiere que OpenAI quiere alejarse del consumo pasivo de contenido y apostar por un modelo más participativo y consciente.

Controles para garantizar seguridad y bienestar

Uno de los aspectos más delicados en aplicaciones generativas es el uso indebido de la imagen de las personas. Para enfrentar este reto, OpenAI ha implementado controles de verificación biométrica y sistemas de permisos. El usuario debe autorizar el uso de su rostro y voz, y tiene la opción de revocar ese permiso en cualquier momento.

En el caso de los adolescentes, la app limita la cantidad de generaciones posibles y aplica restricciones adicionales en los cameos. Además, los padres pueden gestionar la actividad de sus hijos desde ChatGPT. También se han incluido moderadores humanos, especialmente entrenados para detectar y actuar ante casos de acoso o mal uso del contenido generado.

OpenAI insiste en que su intención no es crear otra plataforma de scroll infinito. Por eso, el diseño de la app favorece las conexiones con personas cercanas y busca que el usuario pase más tiempo creando que navegando.

Disponibilidad inicial limitada y modelos por suscripción

La nueva app de Sora 2 se estrena primero en Estados Unidos y Canadá, disponible solo para iOS y bajo invitación. Aunque OpenAI planea expandir su uso a otros países, como España, aún no hay una fecha concreta para ello. La versión básica será gratuita, pero con límites de uso según la capacidad de cómputo disponible.

Los usuarios del plan ChatGPT Pro, que cuesta 200 dólares al mes, podrán acceder a Sora 2 Pro, una variante con mayor calidad y más libertad creativa. También se prevé ofrecer el modelo a través de API, lo que abre la puerta a su integración en plataformas externas y flujos de trabajo profesionales.

Errores que aún persisten y el potencial viral del formato

Aunque los avances son notables, OpenAI reconoce que los errores siguen presentes. En muchos casos, la coherencia visual aún tiene margen de mejora, y hay situaciones donde el algoritmo tropieza. Sin embargo, ahora esos fallos se sienten más como parte del personaje o la historia, y no como defectos evidentes del sistema. Este detalle, aunque sutil, mejora la experiencia perceptiva del usuario.

El formato que propone Sora 2, donde cualquier persona puede protagonizar escenas que antes solo eran posibles con un equipo de producción, tiene un enorme potencial viral. Ya se han visto ejemplos de anime, aventuras épicas y experimentos visuales que circulan como pólvora en redes sociales. La facilidad para generar y compartir estas piezas multiplica su alcance.

Del laboratorio al móvil: una apuesta por la creatividad cotidiana

OpenAI parece estar siguiendo una estrategia similar a la de sus lanzamientos anteriores, como ChatGPT y DALL·E: herramientas inicialmente técnicas que se transforman en productos diseñados para el usuario común, con una interfaz amigable y funcionalidades que invitan al juego, la exploración y la expresión.

Sora 2 no es solo una herramienta para cineastas o creadores digitales avanzados. Es una especie de lienzo interactivo donde cualquiera, con un móvil en la mano, puede experimentar con ideas, emociones y narrativas. A diferencia de otras plataformas, que se centran en likes o métricas, esta propuesta gira en torno a la experiencia creativa compartida.

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