Texas Instruments (TI) ha anunciado una inversión sin precedentes de más de 60.000 millones de dólares para construir y ampliar siete nuevas fábricas de semiconductores en Estados Unidos. Este proyecto, considerado el mayor esfuerzo de manufactura de chips en territorio estadounidense, responde a la creciente demanda de componentes esenciales para industrias como la automoción, los centros de datos, los dispositivos móviles, el sector aeroespacial y la inteligencia artificial.

El epicentro de esta estrategia será la ciudad de Sherman, en el estado de Texas, donde TI ya está construyendo dos fábricas denominadas SM1 y SM2, y tiene planes concretos para otras dos más (SM3 y SM4). Solo en esta ubicación, la inversión podría alcanzar hasta 40.000 millones de dólares.

Además de Sherman, la compañía también expandirá operaciones en Richardson (Texas) y Lehi (Utah), consolidando un ecosistema de producción que permitirá fabricar millones de chips al día.

Se estima que estas instalaciones generarán más de 60.000 nuevos empleos, entre puestos directos e indirectos. Esto convierte a la inversión no solo en un hito tecnológico, sino también en un impulso significativo a la economía local y nacional.

El secretario de Comercio de EE. UU., Howard Lutnick, destacó la colaboración entre el gobierno y TI como un paso clave para garantizar el liderazgo estadounidense en la fabricación de chips durante las próximas décadas.

Los chips de 300 milímetros que se producirán en estas fábricas son esenciales para el funcionamiento de una gran variedad de dispositivos electrónicos. Desde smartphones y vehículos hasta satélites y equipos médicos, estos componentes están en el corazón de la tecnología moderna.

Para entender su relevancia, pensemos en estos chips como los «motores invisibles» que hacen funcionar desde una cafetera inteligente hasta una nave espacial. Su fabricación local no solo reduce la dependencia de proveedores extranjeros, sino que también fortalece la resiliencia de la cadena de suministro.

TI no está sola en esta jugada. Empresas como Apple, NVIDIA, Ford, SpaceX y Medtronic están profundizando su colaboración con el fabricante para asegurar una fuente confiable de semiconductores.

Tim Cook, CEO de Apple, destacó que los chips de TI fabricados en EE. UU. están presentes en los productos de la marca, subrayando la importancia de contar con una producción local para mantener la innovación. Por su parte, Gwynne Shotwell, presidenta y COO de SpaceX, resaltó que esta capacidad de manufactura nacional es clave para ofrecer conectividad de alta velocidad a nivel global.

Haviv Ilan, presidente y CEO de Texas Instruments, explicó que la estrategia de la empresa se centra en construir una capacidad escalable y de bajo costo, enfocada en chips analógicos y de procesamiento embebido, fundamentales para casi todos los sistemas electrónicos.

El objetivo es claro: liderar la producción de chips desde suelo estadounidense, reducir costos logísticos, proteger el suministro frente a crisis geopolíticas y sentar las bases de la autosuficiencia tecnológica.

Con esta inversión, TI apunta a transformar el panorama de sectores como:

Esta diversificación permite a TI amortiguar posibles fluctuaciones del mercado, al tiempo que contribuye al desarrollo de tecnologías emergentes.

En un contexto marcado por tensiones geopolíticas y escasez de chips, la apuesta de Texas Instruments representa una estrategia inteligente y oportuna. No se trata solo de producir más, sino de hacerlo en casa, con control total sobre calidad, tiempos y capacidad de innovación.

Mientras otros países también fortalecen su producción local, esta jugada coloca a TI en una posición clave para liderar la próxima etapa del desarrollo digital.

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