Edge vuelve a dar señales de vida en la batalla por el dominio del navegador, esta vez con una importante mejora en su velocidad de carga inicial. Aunque su cuota de mercado global sigue estando por debajo del 5%, Microsoft sigue apostando por refinar la experiencia de usuario y plantar cara a competidores como Chrome, Safari o incluso futuros navegadores potenciados por IA.

Interfaz más ágil desde el primer segundo

Uno de los aspectos más destacables de esta actualización es la optimización del First Contentful Paint (FCP), una métrica clave introducida por Google para evaluar la rapidez con la que se muestra el primer contenido visible en pantalla.

Con esta mejora, Edge ahora puede renderizar texto, imágenes o partes de la interfaz en menos de 300 milisegundos, lo que lo convierte en uno de los navegadores más veloces en ese primer contacto visual con una página web. Para ponerlo en perspectiva, es el tiempo que tarda una pestaña en abrirse al hacer clic, prácticamente imperceptible para el usuario.

Esto no significa que todo el sitio cargue en ese tiempo, pero sí mejora la percepción de rapidez, algo fundamental para la satisfacción del usuario. Estudios indican que superar los 400 milisegundos puede reducir el nivel de aceptación de una página web, por lo que este pequeño gran salto en milisegundos se traduce en una navegación más fluida.

Evolución hacia WebUI 2.0: menos peso, más velocidad

Este avance no llega de la nada. Microsoft lleva meses trabajando en una transición progresiva de la interfaz de Edge hacia una arquitectura más liviana: WebUI 2.0.

Esta nueva base tecnológica permite reducir el tamaño de los paquetes de código, especialmente de JavaScript, lo que se traduce en tiempos de carga más cortos y una menor exigencia de recursos del sistema. Es como cambiar el motor de un coche por uno más eficiente, sin modificar la carrocería ni la experiencia de conducción.

Mejora general en múltiples funciones del navegador

Los beneficios no se limitan a la carga inicial. Microsoft afirma haber acelerado al menos 13 funcionalidades clave del navegador. Entre ellas destacan:

  • Historial de navegación y descargas: ahora se abren hasta un 40% más rápido.
  • Navegación en pantalla dividida: transiciones más inmediatas entre paneles.
  • Creación de pestañas en modo privado: mucho más ágil.
  • Página de configuración: ahora más responsiva, facilitando cambios sin esperas.
  • Lectura en voz alta: mejoras en la fluidez y sincronización, útil tanto para accesibilidad como para lectura con IA.

Todo esto contribuye a una experiencia más coherente, especialmente para quienes usan Edge como herramienta de trabajo o estudio.

¿Puede Edge atraer a más usuarios?

Aunque Edge tiene una base sólida, su adopción masiva sigue siendo un desafío. La competencia con Google Chrome, que domina con el 68% del mercado, no es solo una cuestión de velocidad, sino también de hábitos arraigados, compatibilidad y ecosistema.

Sin embargo, las mejoras de rendimiento podrían ser un aliciente para quienes priorizan la eficiencia. Y más aún si consideramos que Microsoft planea seguir mejorando funciones como vista previa de impresión o extensiones, dos apartados clave para usuarios intensivos.

También hay que tener en cuenta un nuevo jugador en el horizonte: navegadores impulsados por IA, como los que podrían surgir de empresas como OpenAI. En ese contexto, cualquier ventaja técnica puede marcar la diferencia.

Un paso más hacia un navegador más competitivo

Estas actualizaciones refuerzan la imagen de Edge como un navegador serio y comprometido con la mejora continua. Microsoft está afinando su producto con pequeñas pero significativas mejoras que, combinadas, pueden tener un gran impacto.

Para muchos usuarios, una interfaz más rápida puede significar menos frustración, más productividad y una sensación de control sobre la tecnología. En definitiva, un navegador que responde como esperamos.

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