El 30 de septiembre de 2025 marcará el final de una era digital: AOL dejará de ofrecer su servicio de internet por marcación telefónica (dial-up), un sistema que durante la década de los 90 y principios de los 2000 fue la puerta de entrada a la red para millones de personas. Con su característico sonido de conexión y velocidades que hoy nos parecerían desesperantemente lentas, el dial-up fue sinónimo de internet en sus primeras etapas.

El anuncio oficial

La compañía, ahora propiedad de Yahoo, publicó en su web un comunicado breve pero contundente: «AOL revisa regularmente sus productos y servicios y ha decidido descontinuar el internet por marcación». Esto implica que, además de la conexión dial-up, también desaparecerá el software AOL Dialer y el navegador AOL Shield, herramientas optimizadas para sistemas operativos antiguos y conexiones lentas.

Aunque pueda sorprender, el servicio seguía activo y con usuarios fieles. Según datos del censo de Estados Unidos de 2019, unas 265.000 personas aún utilizaban dial-up, incluso cuando la fibra óptica y el 5G ya eran comunes.

Un servicio con valor sentimental

Para muchos, mantener una suscripción a AOL no era solo cuestión de acceso a internet, sino también de costumbre y seguridad. Tal como relató el periodista Thomas Ricker, su propio padre conservaba la cuenta de dial-up como un «manta de seguridad» digital. Aunque ya recibía internet de banda ancha a través de su proveedor de cable, temía que cancelar AOL implicara perder acceso a su correo electrónico, foros de inversores y otras herramientas que usaba desde hacía décadas.

Este apego se entiende mejor si pensamos en el dial-up como ese viejo juego de llaves que seguimos llevando «por si acaso». No importa que ya tengamos cerraduras electrónicas; es difícil dejar ir algo que nos ha acompañado durante tanto tiempo.

El impacto cultural del dial-up

El sonido del módem conectándose es parte de la memoria colectiva de internet. Era una especie de campana de entrada al ciberespacio, un recordatorio sonoro de que estabas dejando atrás el mundo físico para navegar en algo completamente nuevo. Con velocidades que rara vez superaban los 56 kbps, las páginas cargaban en pasos lentos y las imágenes aparecían como persianas bajando poco a poco.

En ese contexto, AOL no solo proporcionaba la conexión, sino también una puerta de entrada centralizada: correo electrónico, mensajería instantánea (AIM), salas de chat, noticias y foros. Era como un «centro comercial» digital donde todo estaba bajo el mismo techo.

Razones del cierre

El fin de AOL dial-up no es una sorpresa desde el punto de vista técnico ni económico:

  • Obsolescencia tecnológica: las páginas y servicios actuales están diseñados para anchos de banda mucho mayores.
  • Costes de mantenimiento: mantener infraestructura y soporte para un servicio residual no es sostenible.
  • Disponibilidad de alternativas: incluso en zonas rurales, opciones como internet satelital o móvil de baja latencia superan ampliamente la experiencia del dial-up.

El reto de desconectar

El cierre plantea un reto especial para los usuarios que aún dependen de este servicio. Migrar no es solo cuestión de cambiar de proveedor: implica aprender nuevas interfaces, adoptar medidas de seguridad modernas y, en muchos casos, superar barreras emocionales.

Para las personas mayores o con poca familiaridad tecnológica, este cambio puede ser tan abrumador como pasar de escribir cartas a usar un smartphone. La experiencia de Ricker con su padre ilustra la importancia de un acompañamiento paciente: migrar correos, configurar cuentas y asegurarse de que todo funcione igual o mejor que antes.

Un cierre que simboliza un cambio mayor

La desaparición de AOL dial-up coincide con otros cambios significativos en la forma en que accedemos a internet. Como señaló Ricker, la llegada de proyectos como Google Zero y el declive del internet financiado por publicidad marcan un momento de transición en el modelo de la red.

Lo que está muriendo no es solo una tecnología, sino una forma de entender el internet: más centralizada, más «contenida» y con un fuerte componente de comunidad en plataformas cerradas. Hoy, la experiencia es más fragmentada, personalizada y basada en algoritmos.

Un recuerdo para la historia

Es probable que el 30 de septiembre pase desapercibido para la mayoría. Pero para quienes alguna vez escucharon el chirrido característico del módem antes de entrar a una sala de chat, enviar un email o descargar una canción durante horas, será un momento para recordar cómo empezó todo.

AOL dial-up fue para internet lo que el VHS para el cine en casa: no el único formato, pero sí el que marcó la memoria de una generación.

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