En los últimos años, la órbita terrestre baja se ha convertido en un vecindario muy concurrido. Lo que antes estaba reservado a unas pocas agencias espaciales y grandes potencias ahora es un terreno donde empresas privadas, startups y fuerzas militares despliegan constelaciones de satélites pequeños a gran velocidad. Esto ha traído oportunidades… y también un nuevo problema: ¿cómo saber en tiempo real qué se está moviendo ahí arriba?

Para responder a esa pregunta, Dawn Aerospace y Scout Space han presentado el Aurora, un avión espacial reutilizable diseñado para volar a altitudes extremas y vigilar satélites en órbitas muy bajas. No es ciencia ficción: ya ha realizado su primer vuelo y apunta a convertirse en una pieza clave de la llamada “conciencia situacional espacial”.


Órbita terrestre muy baja: el nuevo “piso” del espacio

En el pasado, colocar un satélite en órbita era una hazaña costosa, compleja y lenta. Hoy, gracias a lanzadores reutilizables, miniaturización de componentes y abaratamiento de los lanzamientos, es habitual enviar satélites pequeños a órbita terrestre muy baja (VLEO), a menos de 450 km de altura.

Estos satélites tienen ventajas evidentes:

  • Despliegue rápido en situaciones de emergencia.
  • Menor coste de fabricación y lanzamiento.
  • Alta resolución para observación terrestre gracias a la proximidad.

Pero también sufren un inconveniente grave: la fricción atmosférica reduce su vida útil. A menudo, después de unos meses o pocos años, su órbita decae y se desintegran al reingresar.

En este escenario, los actores que no han lanzado estos satélites se enfrentan a un reto estratégico: identificar en cuestión de horas quién ha puesto algo en órbita y con qué propósito.


Morning Sparrow: los ojos del Aurora

La respuesta de Scout Space a este desafío es Morning Sparrow, un conjunto de sensores ópticos especializados para seguir y fotografiar objetos que se mueven en VLEO o en trayectorias suborbitales.

Su sistema de visión estereoscópica combina dos cámaras:

  1. Campo de visión estrecho: ideal para detalles precisos.
  2. Campo de visión amplio: para ubicar y seguir objetivos en movimiento.

Juntas generan un modelo tridimensional que el propio Aurora procesa a bordo, reduciendo la dependencia de estaciones terrestres y acelerando la entrega de datos.


El vuelo inaugural del Aurora

El 17 de julio de 2025, el Aurora despegó desde el Tāwhaki National Aerospace Centre en Nueva Zelanda. Este avión espacial no tripulado mide 4,8 metros de largo, tiene 4 metros de envergadura y está propulsado por un motor cohete bipropelente.

En su primer vuelo:

  • Alcanzó Mach 1,03 (algo más de la velocidad del sonido).
  • Subió hasta 20.000 metros de altitud.

Aunque no llegó a los 100 km que marcan el “borde del espacio”, la altitud fue suficiente para que los sensores de Morning Sparrow siguieran objetos en órbita muy baja con gran eficacia.


Ventajas estratégicas del Aurora

El Aurora no compite con satélites espías en órbitas altas; los complementa. Su diseño y operación aportan beneficios únicos:

  • Rapidez de despliegue: puede despegar desde una pista convencional sin esperar ventanas de lanzamiento de cohetes.
  • Reutilización: aterriza, se revisa y está listo para volar de nuevo en poco tiempo.
  • Flexibilidad de misión: puede reaccionar ante eventos imprevistos en el espacio cercano.
  • Menor coste operativo comparado con misiones orbitales completas.

En términos prácticos, es como tener un dron supersónico que patrulla la “frontera” del espacio.


Vigilancia espacial: más allá de la ciencia ficción

La idea de “espiar al espía” podría parecer un guion de película, pero hoy es una necesidad real. La conciencia situacional espacial (SDA) permite:

  • Prevenir colisiones.
  • Detectar satélites no declarados.
  • Anticipar maniobras estratégicas de otras naciones o empresas.

En palabras de Stefan Powell, CEO de Dawn Aerospace:

“Los aviones espaciales tendrán un papel esencial en el futuro de las operaciones espaciales rápidas, complementando los sistemas SDA tradicionales”.


Un paso hacia el “espacio táctico”

El Aurora representa algo más que una innovación tecnológica. Es una nueva forma de operar en la delgada línea entre la aviación y el espacio. Su capacidad para actuar de manera rápida y selectiva lo convierte en una herramienta táctica para un entorno donde la información es tan valiosa como el territorio.

Hasta ahora, la vigilancia espacial se hacía casi siempre mirando “desde arriba” con satélites en órbitas altas. El Aurora cambia la perspectiva: ahora también se puede vigilar desde un punto intermedio, observando lo que ocurre a baja altura orbital. Es como pasar de mirar la ciudad desde un rascacielos lejano a asomarse desde la azotea del edificio de enfrente.

Energía nuclear en la Luna: el nuevo motor de la exploración espacial

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