La expansión urbana y el cambio climático han hecho que las ciudades enfrenten un desafío cada vez mayor: las inundaciones. Ante este problema, ha surgido una alternativa basada en un principio sencillo pero poderoso: aprender de la naturaleza. Así nacen las ciudades esponja, un modelo de urbanismo que transforma el paisaje urbano en un sistema capaz de absorber, filtrar y almacenar el agua de lluvia de forma eficiente.

¿Qué es una ciudad esponja?

El concepto de ciudad esponja fue popularizado por el arquitecto paisajista chino Kongjian Yu, quien propone dejar de ver al agua como una amenaza y empezar a trabajar con ella. En lugar de canalizar el agua con estructuras de concreto que muchas veces se ven sobrepasadas por lluvias intensas, las ciudades esponja imitan el comportamiento del suelo, los humedales y los bosques: absorben el agua donde cae, la almacenan y la liberan lentamente.

En términos prácticos, una ciudad esponja integra infraestructura verde, como parques, jardines de lluvia, techos verdes, pavimentos permeables y zonas inundables temporales. Todos estos elementos actúan como una gran esponja urbana, ayudando a prevenir inundaciones, recargar acuíferos y mejorar la calidad del agua.

Aprendiendo de la naturaleza

En los ecosistemas naturales, el agua de lluvia no se desperdicia ni genera caos. Los suelos vegetales la absorben, los humedales la filtran y los bosques la distribuyen de forma equilibrada. Este ciclo hidrógico natural es el que inspiran las ciudades esponja.

Al implementar soluciones como superficies permeables, jardines de retención y corredores ecológicos, el urbanismo adopta funciones similares a las de un ecosistema. Esto contrasta con los sistemas tradicionales, que suelen sellar el suelo y acelerar el escurrimiento del agua hacia sistemas de drenaje que no siempre son suficientes.

Kongjian Yu lo resume con una frase clara: «El agua no es el enemigo». Su propuesta es integrar el agua al diseño urbano, permitiendo que se quede más tiempo en la ciudad en lugar de expulsarla rápidamente.

Beneficios múltiples

Además de reducir el riesgo de inundaciones, las ciudades esponja ofrecen una serie de ventajas adicionales:

  • Mejora de la calidad del agua: el paso del agua por vegetación y suelos naturales actúa como un filtro natural.
  • Recuperación de acuíferos: al permitir que el agua infiltre el suelo, se ayuda a recargar las reservas subterráneas.
  • Reducción del efecto isla de calor: el aumento de áreas verdes disminuye la temperatura en las zonas urbanas.
  • Fomento de la biodiversidad: los nuevos espacios verdes se convierten en hábitats para aves, insectos y otras especies.
  • Espacios públicos más agradables: parques y plazas que cumplen funciones hídricas también mejoran la calidad de vida urbana.

Ejemplos alrededor del mundo

China es pionera en este enfoque. Desde 2013, más de 30 ciudades han adoptado el modelo esponja. Shanghái se ha propuesto que el 80% de sus zonas urbanas puedan absorber al menos el 70% del agua de lluvia para 2030. Lo hace mediante jardines de lluvia, restauración de riberas y parques inundables.

Copenhague, en Dinamarca, es otro referente. Tras sufrir una lluvia extrema en 2011, la ciudad transformó más de 250 espacios públicos en zonas capaces de gestionar el agua. Ejemplo de ello es la plaza Sankt Kjeld, que ahora es un pulmón verde y una gran esponja urbana.

En Berlín, Alemania, se promueve desde 2007 el uso de techos verdes y jardines verticales para reducir la escorrentía y refrescar la ciudad. Mientras que en Beira, Mozambique, se rediseña la ciudad tras el ciclón Idai siguiendo este modelo, como parte de una estrategia de adaptación climática.

Otros ejemplos se encuentran en Nueva York, Cardiff, Bangkok y ciudades latinoamericanas como Benaguasil (Valencia), donde se han implementado jardines de lluvia y sistemas de captación.

Medidas concretas para absorber el agua

Cada ciudad adapta el modelo esponja a sus condiciones. Algunas medidas típicas incluyen:

  • Jardines de lluvia: depresiones en el terreno con vegetación que capturan y filtran el agua.
  • Pavimentos permeables: materiales porosos que permiten la infiltración.
  • Parques inundables: zonas verdes diseñadas para almacenar agua temporalmente.
  • Restauración de ríos y riberas: eliminando el concreto y recuperando vegetación.
  • Cisternas y aljibes urbanos: para almacenar agua de lluvia y reutilizarla.

Obstáculos y oportunidades

Adoptar el modelo de ciudad esponja no está exento de retos. Requiere inversión inicial alta, modificaciones en la planificación urbana y educación ciudadana. También existen limitaciones por la densidad urbana o la disponibilidad de espacios verdes.

Sin embargo, los beneficios a medio y largo plazo compensan ampliamente estos desafíos. Al tratar el agua como aliada, las ciudades se vuelven más resilientes y agradables para vivir. Se abren además oportunidades para la innovación, el empleo verde y la colaboración entre urbanistas, ingenieros y comunidades.

Un camino hacia ciudades más vivibles

Las ciudades esponja muestran que la solución a muchos problemas urbanos está en volver a conectar con la naturaleza. En lugar de imponer estructuras rígidas, se trata de diseñar con inteligencia y respeto por los ciclos naturales.

Convertir una ciudad en esponja no significa rehacerla desde cero, sino incorporar progresivamente soluciones basadas en la naturaleza. Cada parque rediseñado, cada calle que permite infiltración, es un paso hacia urbes más saludables, seguras y sostenibles.

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