Buscar el número de atención al cliente de una empresa parece una acción inocente, incluso rutinaria. Pero lo que Alex Rivlin, un empresario de bienes raíces de Las Vegas, descubrió a las puertas de sus vacaciones revela un nuevo tipo de trampa digital. Lo que comenzó como una simple búsqueda en Google acabó en una estafa que le costó casi 800 dólares. Esta vez, el engaño fue facilitado por la inteligencia artificial.
Rivlin necesitaba reservar un transporte hacia un crucero en Europa. Al buscar en Google el número de Royal Caribbean, se encontró con una respuesta dentro del sistema «AI Overviews» del buscador. Parecía fidedigna. Llamó, habló con un supuesto agente que conocía detalles precisos del servicio y entregó los datos de su tarjeta de crédito. Al día siguiente, descubrió cargos sospechosos y comprendió que había sido víctima de una estafa telefónica habilitada por IA.
Cómo operan estas nuevas trampas digitales
Los estafadores han adaptado técnicas viejas a nuevas herramientas. Antes publicaban números falsos en foros o sitios de reseñas para que los buscadores los indexaran. Hoy, esos mismos números también pueden aparecer en las respuestas generadas por modelos de lenguaje como ChatGPT o los resúmenes automáticos de Google.
El funcionamiento es simple: los criminales crean contenido en la web que asocia un número falso a una empresa conocida. A fuerza de repeticiones y técnicas de SEO, logran que este número falso parezca creíble. La IA, que extrae información de esos sitios, puede terminar mostrando estos datos erróneos como si fueran válidos.
En el caso de Rivlin, la información era tan detallada y precisa que incluso incluía datos sobre ubicaciones y tarifas. El estafador se mostró convincente, ofreció descuentos y utilizó técnicas de persuascnicas de persuasu00i0n comunes en ventas. La sofisticación del engaño hizo que incluso alguien familiarizado con la tecnología cayera en la trampa.
La responsabilidad de Google y las plataformas
Tanto Google como OpenAI han reconocido el problema. Google afirmó que su sistema AI Overviews está diseñado para ofrecer información confiable y que han tomado medidas contra los ejemplos denunciados. Sin embargo, expertos como Lily Ray, especialista en SEO de la firma Amsive, señalan que el propio diseño de estas funciones favorece la desinformación cuando se trata de consultas poco frecuentes, como buscar un número de teléfono.
Los buscadores tienen bases de datos verificadas, como Google My Business, que podrían usar para validar la información antes de mostrarla. Pero si el sistema da prioridad a los datos extraídos de sitios sin verificar, se abre la puerta a que los estafadores se cuelen por esas grietas.
Mike Blumenthal, analista de Near Media, lo resume de forma clara: “Manipular estos nuevos motores de respuestas usando técnicas de hace 30 años es como disparar a patos en una feria”. Es decir, para los estafadores, el sistema actual es fácil de burlar.
Consejos para evitar caer en la trampa
Frente a esta nueva modalidad de fraude, la prevención es clave. Algunos consejos prácticos:
- Evita llamar a números que aparecen directamente en resultados de Google o chatbots. Siempre verifica en el sitio oficial de la empresa o en su aplicación.
- Desconfía de descuentos o beneficios que suenan demasiado buenos para ser verdad, especialmente si el interlocutor insiste en que debes pagar de inmediato.
- Observa los detalles. Si el nombre del comercio que aparece en tu extracto bancario no coincide con la empresa, es una señal de alerta.
- Denuncia cualquier intento de estafa a la empresa involucrada y a las plataformas que mostraron el dato erróneo.
Rivlin intentó encontrar el número oficial en la app de Royal Caribbean, sin éxito. Esto revela otro problema: las empresas deben facilitar el acceso a su información verificada para evitar que sus clientes recurran a fuentes externas poco confiables.
Una lección para todos los usuarios de tecnología
Este caso sirve como advertencia no solo para viajeros, sino para cualquiera que interactúe con plataformas digitales. Que una información provenga de un sistema de IA no significa que sea cierta. La aparente autoridad que transmite una respuesta automatizada puede ser solo eso: apariencia.
La confianza ciega en la tecnología puede jugar en contra cuando no hay sistemas adecuados de verificación. Por eso, el sentido común y la cautela siguen siendo las mejores defensas ante los engaños digitales, incluso en la era de la inteligencia artificial.