A mediados de los noventa, en un Internet aún sin forma definida, comenzó a gestarse una nueva manera de comunicarse: los blogs. En sus inicios eran bitácoras personales, espacios en los que sus autores relataban vivencias cotidianas o compartían ideas sin intermediarios. Justin Hall fue uno de los pioneros con su sitio Links.net en 1994, aunque aún no se usaba el término «blog». Sería en 1997 cuando Jorn Barger propuso «weblog» para referirse a este tipo de registros online, y poco después, con proyectos como Scripting News de Dave Winer, se dio paso a una forma más estructurada de comunicación en línea.
Expansión global y consolidación
El blog dejó de ser una rareza técnica cuando en 1999 apareció Blogger, permitiendo que cualquier persona pudiera publicar sin necesidad de saber programar. Y en 2003, WordPress llevó el formato a otro nivel, ofreciendo opciones de personalización que atrajeron tanto a aficionados como a medios profesionales. En pocos años, la blogosfera pasó de tener unos cientos de miles de sitios a más de 150 millones en 2011, con casi un millón de nuevas entradas publicadas cada día, según The New Yorker.
Durante ese auge, muchos blogs comenzaron a rivalizar con medios tradicionales. Algunos lograron monetizar a través de publicidad y marketing de afiliados, y no fueron pocos los autores que encontraron en estos espacios una fuente de ingresos estable. Incluso cadenas como CNN empezaron a experimentar con el formato.
Redes sociales y el giro hacia la inmediatez
La llegada de plataformas como Facebook, Twitter e Instagram cambió las reglas del juego. El contenido corto, rápido y visual ganó terreno frente a las lecturas largas y reflexivas que caracterizaban a los blogs. El cambio se hizo notar desde finales de la década del 2000, con estudios que mostraban un descenso en el interés por los blogs, especialmente entre los jóvenes universitarios.
A esto se sumó un descenso en el tráfico orgánico. Las páginas ya no se enlazaban tanto entre ellas, y los algoritmos de Google empezaron a priorizar otros formatos. La conversación, que antes se desarrollaba en los comentarios de los blogs, migró a las redes sociales. Incluso blogs académicos, que habían florecido como espacios de divulgación, comenzaron a desaparecer hacia 2017.
Cambios estructurales y transformación del formato
A partir de 2011, la vigencia del formato clásico de blog comenzó a cuestionarse. Wired fue uno de los primeros medios en advertir que el esquema basado en cronología y comentarios estaba quedando obsoleto. El cierre de sitios icónicos como The Awl o Grantland simbolizó el fin de una era de creatividad libre y sin filtros.
Sin embargo, el blog no desapareció. Su esencia sobrevivió en nuevas plataformas como Medium o Substack, que retomaron el contenido de largo formato pero adaptado a las nuevas formas de distribución. Los newsletters, por ejemplo, se convirtieron en una forma directa de llegar al lector, recuperando ese vínculo cercano que ofrecía el blog original.
La inteligencia artificial como nuevo reto
Desde 2024, los blogs enfrentan un desafío inesperado: la irrupción de la inteligencia artificial en el ecosistema de los buscadores. Google comenzó a integrar AI Overviews, fragmentos generados por IA que responden directamente a las consultas, desplazando la necesidad de hacer clic en enlaces externos.
En España, desde marzo de 2025, un tercio de las búsquedas ya presentan estas respuestas automáticas, lo que afecta de forma directa al tráfico de blogs. La tendencia se inclina hacia las llamadas Zero-click searches, donde el usuario obtiene la información sin abandonar la página de resultados.
Nuevas técnicas para posicionar en tiempos de IA
La optimización en buscadores ya no puede limitarse al SEO tradicional. Hoy se habla de Answer Engine Optimization (AEO) y Generative Engine Optimization (GEO). Ambas estrategias buscan que el contenido aparezca citado en respuestas generadas por IA o sea directamente referenciado por los motores generativos. Aunque estudios recientes muestran que una buena estrategia GEO puede aumentar la visibilidad en un 40 %, también implica navegar algoritmos más complejos y menos transparentes.
Automatización de contenido: el dilema de la autenticidad
La IA no solo afecta a la visibilidad, sino también a la producción de contenido. Plataformas como Wix ya permiten generar entradas completas optimizadas para SEO usando inteligencia artificial. Los datos son tentadores: los sitios con blog reciben un 86 % más de tráfico orgánico. Sin embargo, esta automatización plantea un riesgo importante: la uniformidad. Si todos los contenidos se generan de forma similar, ¿qué espacio queda para la voz personal, la opinión y la creatividad?
Cambios en el comportamiento del lector
La forma de consumir contenido también ha cambiado. En febrero de 2025, el 41 % de los españoles utilizaba asistentes de IA al menos una vez por semana, sobre todo en la franja de 18 a 24 años, según datos de Telefónica. El acceso a respuestas inmediatas reduce la necesidad de consultar múltiples fuentes. Por eso, los blogs enfrentan el reto de mantener la atención de un lector que cada vez dedica menos tiempo a profundizar.
Oportunidades de la IA para el blogging
A pesar de las dificultades, la inteligencia artificial también puede convertirse en aliada. Existen herramientas que permiten identificar tendencias, mejorar la estructura de los textos o analizar el comportamiento del lector. Lo importante es no perder de vista los criterios que Google sigue valorando: experiencia, autoridad y confiabilidad del autor, agrupados en la sigla EEAT.
Blogs que se apoyen en datos verificados, con opiniones argumentadas y estilo propio, pueden seguir destacando. La clave está en combinar lo mejor de la tecnología con la profundidad que solo una mente humana puede aportar.
Caminos para reinventarse
El futuro de los blogs depende de su capacidad de adaptación. Crear contenido más especializado, integrar recursos multimedia, construir comunidades propias y distribuir en canales diversos son estrategias que permiten ganar presencia sin depender exclusivamente de los buscadores. Los autores que encuentren un equilibrio entre optimización técnica y autenticidad tendrán más posibilidades de destacar.
Lejos de extinguirse, el blog está mutando. Como una piel que se renueva, el formato está encontrando nuevas formas de conectar con lectores que siguen buscando profundidad en un mundo saturado de información superficial.