El conflicto entre Elon Musk y OpenAI ha escalado a una nueva fase con la presentación de una demanda por parte de xAI, la empresa de inteligencia artificial fundada por Musk en 2023. Según documentos judiciales presentados ante la Corte del Distrito Norte de California, xAI acusa a OpenAI de apropiarse indebidamente de código fuente y planes de negocio confidenciales, supuestamente obtenidos a través de antiguos empleados de xAI que ahora trabajan para OpenAI.

El corazón de la acusación: fuga de talento o extracción de secretos

La demanda identifica a tres personas clave: dos ingenieros y un ejecutivo de alto nivel del área financiera. La empresa de Musk sostiene que estos exempleados no solo cambiaron de empresa, sino que también llevaron consigo información crítica, como algoritmos, código base e incluso estrategias de infraestructura para centros de datos.

Según xAI, uno de los ingenieros admitió haber copiado la totalidad del repositorio de código de la empresa antes de su partida. Otro habría transferido partes del sistema a sus dispositivos personales mediante «airdrop», una técnica de transferencia inalámbrica común en entornos de Apple. El tercer implicado, un ejecutivo financiero, habría compartido con OpenAI lo que xAI describe como su «salsa secreta» para optimizar la operación de sus centros de datos.

Esta situación no se limita a actos individuales. Musk acusa a OpenAI de liderar una campaña deliberada y estructurada para desestabilizar a xAI, contratando personal estratégico a través del mismo reclutador y vulnerando cláusulas de confidencialidad vigentes.

Un trasfondo marcado por viejas heridas

Elon Musk fue uno de los fundadores de OpenAI en 2015, pero se alejó de la organización al considerar que había abandonado sus principios sin fines de lucro en favor de una estrategia comercial agresiva. Desde entonces, ha sido crítico frecuente del rumbo tomado por OpenAI, especialmente tras su asociación con Microsoft y la valorización de la empresa en unos 300.000 millones de dólares, según datos de PitchBook.

Esta demanda no es un hecho aislado. En el pasado, Musk ya había llevado a tribunales a Apple y OpenAI, acusándolos de obstaculizar el crecimiento de Grok, el chatbot desarrollado por xAI que compite directamente con ChatGPT.

Respuesta de OpenAI: rechazo rotundo a las acusaciones

La reacción de OpenAI no se hizo esperar. En declaraciones recogidas por medios como The Washington Post, un portavoz de la empresa afirmó que esta nueva demanda forma parte del «acoso continuo del Sr. Musk«. Negaron categóricamente haber incentivado o tolerado el uso de secretos comerciales ajenos, y subrayaron que no tienen ningún interés en obtener información de otros laboratorios.

La tensión entre ambas entidades parece cada vez más personal que corporativa. No se trata sólo de estrategias empresariales, sino de una visión opuesta sobre cómo debe desarrollarse la inteligencia artificial: con fines abiertos y colaborativos, como promueve Musk, o con una estructura de monetización fuerte, como plantea OpenAI actualmente.

Implicaciones para el sector y el gobierno

Mientras las disputas legales continúan, xAI ha logrado expandir su presencia en el ámbito institucional. La Administración de Servicios Generales de EE. UU. anunció que los modelos Grok estarán disponibles para agencias gubernamentales en un plazo de 18 meses, con un costo simbólico de 42 centavos por organización. Una cifra que, más allá de su valor económico, remite al humor característico de Musk, aludiendo a su número favorito.

Este acuerdo podría suponer un punto de inflexión en la carrera por integrar IA generativa en estructuras gubernamentales, un ámbito donde la confianza y la transparencia resultan esenciales. Y es aquí donde se plantea una paradoja: mientras se acusa a OpenAI de malas prácticas, se promueve a xAI como proveedor confiable para la administración pública.

Un sector en constante tensión

El auge de la inteligencia artificial ha traído consigo una guerra por el talento, por la propiedad intelectual y por el dominio del mercado. En este contexto, las líneas entre la competencia sana y la violación de derechos se vuelven borrosas. Casos como este podrían marcar precedentes sobre cómo deben gestionarse las transiciones laborales entre empresas tecnológicas que operan en sectores tan sensibles.

La industria entera observa con atención lo que ocurre entre xAI y OpenAI, no solo por el impacto legal, sino por el mensaje que envía a otros actores del ecosistema: el desarrollo de inteligencia artificial no está exento de conflictos humanos, intereses corporativos y, como en este caso, viejas rencillas personales que terminan en los tribunales.

Elon Musk acusa a OpenAI de robar secretos comerciales: una nueva batalla legal sacude la industria de la IA

El conflicto entre Elon Musk y OpenAI ha escalado a una nueva fase con la presentación de una demanda por parte de xAI, la empresa de inteligencia artificial fundada por Musk en 2023. Según documentos judiciales presentados ante la Corte del Distrito Norte de California, xAI acusa a OpenAI de apropiarse indebidamente de código fuente y planes de negocio confidenciales, supuestamente obtenidos a través de antiguos empleados de xAI que ahora trabajan para OpenAI.