Meta ha vuelto a mover ficha en el mundo de las gafas inteligentes con inteligencia artificial, y lo ha hecho con fuerza. La compañía ha presentado tres nuevos modelos que consolidan su apuesta por una tecnología que busca ir más allá del entretenimiento o la conectividad: pretende reemplazar progresivamente al smartphone como interfaz principal. Aunque esa meta aún queda lejos, los pasos que está dando Meta son firmes, y lo reflejan estos dispositivos cada vez más sofisticados.
Meta Ray-Ban Display: la pantalla que solo tú puedes ver
La joya de la corona es, sin duda, el modelo Meta Ray-Ban Display. Se trata del primer dispositivo de la compañía que incorpora una pantalla interior en una de las lentes. A simple vista parecen unas gafas de sol convencionales, pero cuando el usuario las activa, puede visualizar mapas, realizar videollamadas, traducir textos en tiempo real o revisar las fotos capturadas con las propias gafas. Todo esto sin apartar la mirada del entorno.
Este tipo de visualización se conoce como pantalla monocular proyectada, y se asemeja a tener un micro proyector en el ojo derecho, permitiendo ver información flotante sin invadir el campo visual. Su resolución es de 600 x 600 píxeles a 90 Hz, y se mantiene privada para quien las lleva puestas.
Pero la gran novedad no termina ahí. Meta ha integrado una pulsera neural que traduce pequeños movimientos musculares en comandos. Por ejemplo, si el usuario hace una pinza con el índice y el pulgar, estaría haciendo clic; si lo hace con el dedo medio, sería como retroceder una página. Esta tecnología se basa en la electromiografía y abre la puerta a una nueva forma de interactuar con dispositivos digitales.
Por ahora, estas gafas sólo estarán disponibles en Estados Unidos, con un precio de salida de 799 dólares, en cantidades limitadas. Su llegada a Europa está prevista para 2026.
Ray-Ban Meta 2ª generación: más autonomía y mejor cámara
El segundo modelo es una actualización de las gafas originales que Meta lanzó junto a Ray-Ban. Las Ray-Ban Meta de segunda generación mantienen el diseño clásico, pero suman un nuevo estilo llamado Headliner, que se suma a los conocidos Wayfarer y Skyler.
Las mejoras se centran en dos aspectos clave: la cámara y la batería. Ahora se puede grabar vídeo en resolución 3K, mejorando la nitidez y el detalle. Además, la autonomía se ha duplicado, alcanzando hasta ocho horas de uso con una sola carga. Son avances discretos pero significativos para el usuario cotidiano.
Esta actualización también implica un aumento de precio. Las nuevas gafas parten de 419 euros, frente a los 329 euros de la primera generación.
Oakley Meta Vanguard: el enfoque deportivo se refuerza
Meta también ha renovado su línea enfocada al deporte con las Oakley Meta Vanguard. Las anteriores gafas deportivas de la compañía, las Oakley HSTN, se quedaban a medio camino entre estilo urbano y uso técnico. Este nuevo modelo apuesta sin medias tintas por un diseño ergonómico, agresivo y funcional, especialmente pensado para la actividad física.
Estas gafas integran una cámara panorámica de 12 MP que puede grabar en 3K a 30 fps o en FullHD a 60 fps. Los altavoces direccionales situados en las patillas se han rediseñado para ofrecer buena calidad de sonido incluso en entornos ventosos, algo clave para deportes al aire libre. Su autonomía alcanza las 9 horas, y con el estuche de carga pueden llegar a las 36 horas.
Otra de sus fortalezas es la integración con apps deportivas como Strava y Garmin, así como con Apple Salud. Esto permite que las gafas muestren datos del entrenamiento o incluso informes biométricos en tiempo real, si se conectan con un reloj Garmin. En definitiva, una opción pensada para quienes no se quitan las zapatillas.
El precio también sube en esta categoría: 549 euros frente a los 439 euros del modelo anterior.
Un ecosistema cada vez más complejo
Con estas incorporaciones, el catálogo de gafas inteligentes de Meta empieza a ser difícil de navegar. Entre diferentes generaciones, modelos para uso diario, profesional o deportivo, y funciones exclusivas como pantallas o pulseras, elegir el dispositivo adecuado ya no es tan sencillo.
Aun así, esta diversificación es síntoma de madurez. Significa que Meta está encontrando nichos y necesidades específicas, y que su apuesta por este formato no es pasajera. Lejos de quedarse en accesorios llamativos, las gafas con IA se están convirtiendo en herramientas de productividad, conectividad y bienestar.
De momento, muchas de estas novedades siguen siendo experimentales o están restringidas a ciertos países, pero si algo deja claro este nuevo paso es que las gafas inteligentes están dejando de ser ciencia ficción para convertirse en una extensión del cuerpo, tanto como lo fue el móvil hace dos décadas.