¿Te has preguntado alguna vez qué se siente no poder tocar algo con tus propias manos? Yo creo que es una de esas experiencias que damos por sentado hasta que no las tenemos. Pues bien, resulta que la ciencia está a punto de cambiar por completo nuestra comprensión de lo que significa «sentir» con el desarrollo de prótesis sensoriales que no solo reemplazan lo perdido, sino que añaden capacidades completamente nuevas al cuerpo humano.

El tacto que regresa del futuro

Imagínate por un momento que pudieras controlar una mano robótica simplemente pensando en mover tu dedo índice. Suena a ciencia ficción, ¿verdad? Pero ya es realidad. En Italia, un paciente de 34 años llamado Daniel ha estado usando durante seis semanas una prótesis controlada por la mente que funciona de una manera fascinante: pequeños imanes implantados en los músculos de su antebrazo se mueven cuando él contrae los músculos, y un algoritmo especial traduce este movimiento en comandos específicos para la mano robótica.

Lo que me parece más increíble de este avance es que no se trata solo de movimiento. Estas prótesis biónicas están devolviendo algo que creíamos perdido para siempre: el sentido del tacto. Un hombre llamado Dennis, que había perdido su mano nueve años atrás, pudo sentir por primera vez desde entonces la diferencia entre objetos blandos y duros, redondos y cuadrados, con los ojos y oídos tapados. «La retroalimentación sensorial ha sido increíble», comentaba emocionado.

El cerebro que nunca olvida

Pero aquí viene algo que me fascina: el cerebro humano es tan adaptable que mantiene las conexiones neuronales de las extremidades perdidas durante años. Los investigadores estaban preocupados porque los nervios de Dennis no se habían usado en nueve años, pero cuando activó la prótesis, su cerebro respondió como si hubiera estado esperando ese momento todo el tiempo.

La tecnología detrás de estas neuroprótesis es realmente sofisticada. Utilizan lo que se llama estimulación nerviosa eléctrica transcutánea dirigida (tTENS), que básicamente significa que pueden «hablar» directamente con el sistema nervioso para enviar señales sensoriales al cerebro. Es como reconectar cables que habían sido cortados.

Cuando los sentidos se vuelven digitales

Ahora, si te parece impresionante devolver sentidos perdidos, espera a conocer lo que está pasando con la creación de sentidos completamente nuevos. En universidades de todo el mundo están desarrollando lo que yo llamaría «interfaces sensoriales híbridas» que permiten al cuerpo humano percibir información que normalmente sería invisible para nosotros.

Piensa en esto: ¿y si pudieras «sentir» campos magnéticos como lo hacen algunos animales? ¿O detectar radiación infrarroja? Estos actuadores sensoriales están llevando el concepto de prótesis mucho más allá de la simple restauración hacia la augmentación humana real.

El aroma del mundo virtual

Y aquí es donde la cosa se pone realmente interesante. Resulta que mientras algunos científicos trabajan en devolver el tacto, otros están completamente obsesionados con digitalizar el olfato. ¿Te acuerdas de cuando íbamos al cine y solo podíamos ver y oír las películas? Pues esos días están contados.

Los cartuchos de olores ya no son ciencia ficción. En España, un ingeniero valenciano llamado Raúl Porcar ha desarrollado Olorama Technology, un sistema que puede generar hasta 12 aromas diferentes sincronizados con contenido audiovisual. Es como tener una impresora, pero en lugar de tinta, usa esencias aromáticas que se pueden cambiar con un simple «click».

La revolución de los actuadores digitales

La tecnología detrás de estos actuadores digitales olfativos es fascinante. Imagínate dispositivos del tamaño de un parche que se coloca encima del labio, capaces de generar olores en apenas 1,44 segundos. Los investigadores de la Universidad de Hong Kong han creado lo que llaman «generadores olfativos miniaturizados» que utilizan parafinas aromáticas que se calientan y enfrían rápidamente para crear diferentes esencias.

En mis experimentos, los voluntarios identificaron los aromas correctos con un 93% de precisión. Esto significa que podrías estar jugando un videojuego y realmente oler el aroma de las flores de un jardín virtual, o ver una película y percibir el olor del café recién hecho en una escena.

Cuando el cerebro se confunde (para bien)

Lo que me resulta más sorprendente es cómo estas tecnologías aprovechan la neurología única de nuestros sentidos. A diferencia de la vista o el oído, las señales olfativas viajan directamente al hipocampo y la amígdala (los centros de memoria y emoción) sin pasar por el tálamo. Esto significa que un simple olor puede transportarte instantáneamente a tu infancia o crear vínculos emocionales más profundos que cualquier imagen.

Por eso, marcas como Lancôme ya están usando esta tecnología en sus eventos. Saben que una experiencia olfativa crea conexiones emocionales que ningún anuncio visual puede igualar.

El futuro huele diferente

En mi opinión, estamos viviendo una revolución sensorial silenciosa. Mientras las prótesis hápticas devuelven el tacto a quienes lo han perdido, los sistemas olfativos digitales están añadiendo una dimensión completamente nueva a nuestras experiencias virtuales. Es como si estuviéramos expandiendo los límites de lo que significa ser humano.

Los investigadores estiman que digitalizar completamente el olfato y el gusto tomará unos 15 años más, considerando que digitalizar el audio tomó más de un siglo y el video unos 50 años. Pero cuando llegue ese momento, las experiencias digitales serán indistinguibles de la realidad.

Imagínate poder «oler» diferentes épocas históricas mientras estudias historia, o que los terapeutas usen aromaterapia digital sincronizada con realidad virtual para tratar trastornos de ansiedad. Las aplicaciones van mucho más allá del entretenimiento.

La frontera sensorial infinita

Lo que más me emociona de todo esto es que estamos redefiniendo los límites del cuerpo humano. Las prótesis sensoriales ya no se limitan a reemplazar lo que hemos perdido; ahora pueden añadir capacidades que nunca tuvimos. ¿Quién dice que los humanos solo podemos tener cinco sentidos?

La confluencia de neurociencia, robótica e inteligencia artificial está creando posibilidades que parecían imposibles hace apenas una década. Estamos literalmente construyendo el futuro de la percepción humana, un sentido artificial a la vez.

Gmail estrena pestaña para compras y mejora el seguimiento de pedidos

Google ha dado un nuevo paso en la organización del correo electrónico con una función pensada para quienes compran frecuentemente por internet. Gmail está lanzando una nueva pestaña llamada «Purchases» (Compras), disponible tanto en la versión web como en la aplicación móvil. Esta pestaña reúnirá de forma automática todos los correos relacionados con compras: desde confirmaciones de pedidos hasta fechas estimadas de envío.