El universo acaba de ofrecer un nuevo enigma que tiene a los astrónomos rascándose la cabeza. Se trata del GRB 250702B, un estallido de rayos gamma que contradice medio siglo de comprensión sobre este tipo de eventos cósmicos. Detectado por el telescopio Fermi de la NASA en julio de 2025, el estallido no solo fue extremadamente potente, sino que, de forma inesperada, ocurrió varias veces en un periodo de dos días. Esta repetición es, en palabras de los expertos, algo «nunca visto» en 50 años de observaciones.

Por qué este GRB es tan distinto a los anteriores

Un estallido de rayos gamma (GRB, por sus siglas en inglés) suele ser una señal breve y singular de un evento cataclísmico. Por lo general, ocurren cuando una estrella muy masiva colapsa sobre sí misma o cuando una estrella es destrozada por un agujero negro. Esta implosión libera una cantidad brutal de energía que se observa como un destello de rayos gamma, uno de los tipos de luz más energéticos del espectro electromagnético.

Sin embargo, GRB 250702B rompió con ese patrón. En lugar de una sola explosón, los telescopios detectaron al menos cuatro erupciones distintas provenientes de la misma región en un lapso de unas 48 horas. Primero fue Fermi el que captó tres destellos en pocas horas. Luego, los datos del telescopio chino Einstein Probe revelaron que había habido una erupción más un día antes.

Como si una vela se encendiera, apagara y volviera a encenderse por sí sola, este comportamiento resulta desconcertante. Ninguno de los modelos actuales puede explicar con precisión este tipo de comportamiento recurrente.

Dónde ocurrió y cómo se localizó

El misterio del GRB 250702B no solo está en su comportamiento, sino también en su ubicación. El Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral, en Chile, logró rastrear el origen del estallido hasta una galaxia situada a miles de millones de años luz de la Tierra. El telescopio espacial Hubble confirmó esta localización.

Este tipo de distancias implica que lo que estamos viendo ocurrió hace una cantidad inmensa de tiempo, cuando el universo era mucho más joven. Es como recibir una postal de una explosión enviada hace eones, pero que ahora muestra un comportamiento nuevo para nosotros.

Las hipótesis que buscan explicarlo

Los investigadores se enfrentan a un rompecabezas. Si una estrella colapsa, lo hace una vez. Si un agujero negro destroza una estrella, eso tampoco se repite en tan corto plazo. Entonces, ¿qué podría estar causando estas múltiples erupciones de rayos gamma desde un solo origen?

Una teoría es que podría tratarse de un nuevo tipo de evento astrofísico, una clase distinta de GRB que no había sido identificada hasta ahora. Algunos científicos especulan con la posibilidad de una estructura inestable orbitando un agujero negro, o incluso con colisiones sucesivas entre objetos extremadamente densos, como estrellas de neutrones.

Otra línea de investigación sugiere que tal vez no se trate de una sola fuente, sino de un sistema complejo con múltiples eventos energéticos coordinados, como si fuera una sinfonía cósmica con varios instrumentos tocando el mismo compás. Pero ninguna de estas ideas encaja a la perfección con lo observado hasta el momento.

Las herramientas para resolver el misterio

Ante una situación sin precedentes, los astrónomos han decidido recurrir a las mejores herramientas a su alcance. El telescopio espacial James Webb, con su capacidad para observar el universo en el infrarrojo con gran precisión, está siendo utilizado para buscar señales residuales o resplandores posteriores al estallido.

Estos llamados «afterglows» pueden aportar pistas sobre la composición del objeto original, la naturaleza del entorno donde ocurrió la explosión y cómo se comporta la materia en condiciones extremas. De encontrar algún remanente, podría abrirse una nueva ventana de comprensión sobre los procesos extremos del cosmos.

Por qué esto importa

Aunque parezca algo lejano, entender estos eventos es clave para descifrar los mecanismos que rigen el universo. Los GRBs están entre las explosiones más energéticas conocidas, y estudiar sus comportamientos permite mejorar nuestros modelos sobre la evolución estelar, la formación de agujeros negros e incluso sobre los elementos químicos que terminan formando parte de planetas como la Tierra.

Cada vez que un fenómeno inesperado aparece, la ciencia tiene una oportunidad de avanzar. GRB 250702B podría convertirse en una pieza clave para reescribir las reglas que creíamos inmutables sobre los estallidos de rayos gamma. Y eso, en el campo de la astrofísica, es tan emocionante como encontrar una nueva especie en un bosque que creíamos completamente explorado.

Un estallido de rayos gamma desconcierta a la ciencia espacial tras 50 años de teorías

El universo acaba de ofrecer un nuevo enigma que tiene a los astrónomos rascándose la cabeza. Se trata del GRB 250702B, un estallido de rayos gamma que contradice medio siglo de comprensión sobre este tipo de eventos cósmicos. Detectado por el telescopio Fermi de la NASA en julio de 2025, el estallido no solo fue extremadamente potente, sino que, de forma inesperada, ocurrió varias veces en un periodo de dos días. Esta repetición es, en palabras de los expertos, algo «nunca visto» en 50 años de observaciones.